Queremos enseñaros a través de esta infografía como podemos evitar el despilfarro de los alimentos, ya que un 42 % de ese desperdicio lo generamos nosotros mismos. Leer más
seguridad alimentaria
Cómo comprar carne de forma segura
Queremos daros algunas sencillas pautas que debéis seguir para comprar carne de forma segura para vuestros hogares o establecimientos hosteleros.
En primer lugar debéis fijaros en el color de la carne. Ésta debe tener el color propio de la especie y su olor debe ser agradable. También deberíais fijaros en la edad del animal.
Las carnes se clasifican según la especie animal a la que pertenezcan, según su edad y según su categoría.
La categoría de la carne sólo depende de la posición que ocupe el corte de la carne dentro del cuerpo del animal, y se diferencia de la calidad de la carne en que ésta depende de factores como el origen del animal y de su correcta manipulación.
La carne fresca en general debe estar refrigerada en el establecimiento en el que vayamos a realizar la compra, en especial las hamburguesas y las salchichas.
Recuerda que la carne de ave debe estar completamente separada del resto de las carnes, tanto en su exposición como durante su almacenamiento. Esto es porque las aves tienen una mayor prevalencia de Salmonella que el resto de carnes.
En cuanto a la carne picada, debemos exigir que se pique en el momento en el que la pidamos y siempre en nuestra presencia. A no ser que ya esté previamente envasada.
La carne picada
Si la carne picada la adquirimos envasada, debemos fijarnos que su etiquetado cumpla los siguientes requisitos:
- Número de identificación del animal o grupo de animales de los que proceda la carne o lote.
- País de sacrificio del animal.
- País en el que se ha elaborado el producto.
- País de origen si no coincide con el país de elaboración.
La etiqueta del envase de la carne picada se puede completar con otros datos no obligatorios:
- Fecha de picado.
- Número de autorización del matadero.
- Estado miembro o tercer país (país no perteneciente a la UE) en el que se encuentre el matadero.
- Número de autorización de la sala de despiece.
- Estado miembro o tercer país en el que se encuentre la sala de despiece.
- Estado miembro o tercer país de nacimiento.
- Estado miembro o tercer país de engorde.
El etiquetado de la carne
En lo que se refiere al etiquetado de la carne, concretamente la de vacuno, en el año 2002 entró en vigor el reglamento de la Unión Europea (1760/2000) que establece su sistema de identificación, registro y etiquetado.
Así que cuando compres este tipo de producto cárnico envasado te encontrarás con la siguiente etiqueta:
- Denominación comercial de la pieza (ternera, solomillo, cadera, tapa, morcillo, falda, … ).
- Lote o identificación del animal.
- Identificación de la sala de despiece y del matadero en el que se sacrifica.
- Sello de inspección veterinaria.
- País de nacimiento.
- Países de cría.
- Identificación de la empresa.
- Fecha de caducidad.
- Cantidad neta,
- Precio por kilogramo y Precio total
En cambio si compras carne sin envasar, el etiquetado que deberá haber en ella será el siguiente:
- Denominación comercial de la pieza.
- Lote o identificación del animal.
- Identificación de la sala de despiece.
- Identificación del matadero.
- País de origen.
- País de cría.
- Precio por kilogramo.
Cómo conservar la carne una vez comprada
Una vez llegues a casa con la compra de la carne realizada no olvides que debes conservarla en el frigorífico o en el congelador.
Hazlo siempre en recipientes cerrados para evitar la contaminación cruzada, en cuanto a olores, sabores y microorganismos por contacto o proximidad con otros alimentos.
La carne picada y las vísceras debes consumirla lo antes posible, y los embutidos te durarán más si los conservas en piezas enteras que partidos en lonchas, y han de conservarse siempre refrigerados.
En el caso de los loncheados tipo “Abrir y listo” se han de consumir lo antes posible una vez abiertos, ya que pueden proliferar bacterias del tipo de la Listeria monocitogenes.
FUENTE:
http://www1.euskadi.net/guiaconsumo/frames_c.apl?n_tema=03
Claves de la seguridad alimentaria: los líquidos y el uso de alimentos seguros
Siguiendo con las claves de la seguridad alimentaria, esta vez queremos tratar el uso de los líquidos y de alimentos de forma segura.
Usar agua potable y alimentos seguros
Una vez más podemos encontrar microorganismos y sustancias químicas en los alimentos, por ello antes de cocinarlos o consumirnos habremos de lavarlos adecuadamente, especialmente si los alimentos van a ser comidos crudos, como las frutas y las hortalizas.
Podemos añadir un segundo paso tras la limpieza para asegurar aún más el alimento. Por ejemplo, los vegetales, como el tomate y lechuga, tras su limpieza en agua, deben desinfectarse introduciéndolos en una solución de agua con unas gotas de lejía de uso alimentario, o apta para la desinfección del agua de bebida.
Tras la limpieza con agua de algunos vegetales, es aconsejable su desinfección.
El modo de proceder es conociendo el volumen de agua a clorar, añadir la cantidad apropiada según la etiqueta de la lejía, dejar actuar 10-20 minutos y a continuación enjuagar con agua abundante.
Es una obviedad, pero tenemos que reafirmar que siempre hemos de usar agua potable tanto para el consumo como para la limpieza de los alimentos y de las máquinas que utilicemos en el procesado de alimentación.
El agua potable es la procedente de la red pública, sometida a tratamientos fisicoquímicos que la potabilizan, o la que es embotellada por empresas autorizadas.
Siguiendo con el uso del agua, no hemos de olvidarnos del hielo.
Hace unos días nos sorprendió la noticia de un estudio realizado en el Reino Unido sobre de algunas cadenas de comida rápida (muy importantes), el cual mostró que el hielo servido en estos establecimientos contenía más bacterias que el agua de los retretes.
Las razones que se han encontrado a este hecho es que tal vez se laven más los baños que las propias máquinas del hielo, que el mantenimiento de estas máquinas es inadecuado, o que los empleados no se lavan las manos antes de manejar el hielo.
En cuanto a la leche, esta no se debe consumir sin tratar, que no haya sido procesada: pasteurizada o esterilizada.
La leche pasteurizada es la que venden en los lineales refrigerados, y la leche esterilizada es la leche que encontramos en los lineales no refrigerados, en plástico o en tetrapack.
La leche que vayamos a consumir debe estar previamente esterilizada o pasteurizada.
Debemos seleccionar alimentos saludables y frescos.
El vendedor nos debe acreditar el origen de los mismos, sean carnes, huevos, o vegetales. Los que no estén etiquetados o que no se vendan en establecimientos, o sin el sello de inspección veterinaria (en las canales de animales), pueden ser una bomba de relojería.
A las empresas de alimentación el poseer una autorización sanitaria o un registro sanitario les implica estar sometidas a unos procedimientos de autocontrol y unas inspecciones que no tienen aquellas que operan al margen del control sanitario.
Al hacer la compra asegurate que el alimento es fresco y fíjate en su etiquetado.
Os dejamos un tríptico – resumen de las claves más importantes en la seguridad alimentaria, según AESAN, que os podeis descargar pinchando en la imagen.
Estamos seguros que siguiéndolas evitaremos muchos de los tipos de contaminaciones que pueda derivar en enfermedades e intoxicaciones alimentarias.
Claves de la seguridad alimentaria: Temperatura adecuada de los alimentos
En este nuevo artículo dedicado a la manipulación de alimentos vamos a tratar cuales son las diferencias y las temperaturas adecuadas a la hora de la preparación de los alimentos.
A continuación os dejamos unas sencillas pautas para asegurar la seguridad alimentaria en el proceso de la cocción, recomendadas por AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición)
Cocer, guisar, asar o freír completamente
La correcta cocción nos asegura la eliminación de los microorganismos peligrosos. Los estudios indican que cuando cocinamos y alcanzamos los 70ºC en todo el alimento estamos garantizando su inocuidad.
Cuando cocinemos los alimentos debemos evitar que estos queden crudos en su interior, especialmente las carnes, los huevos y el pescado, y más concretamente las piezas gruesas.
También debemos asegurarnos que las sopas y guisos alcancen la ebullición.
Si vamos a recalentar comida, hemos de asegurarnos que está perfectamente recalentada.
Mantener los alimentos a temperaturas adecuadas y seguras
Algunos microorganismos pueden multiplicarse de forma muy rápida en los alimentos cuando estos están a temperatura ambiente.
Por debajo de los 5ºC el crecimiento microbiano se hace más lento e incluso llega a detenerse por debajo de 0ºC. Aunque es cierto que algunos aún son capaces de crecer por debajo de esa temperatura.
Por todo ello, nunca debemos dejar alimentos cocinados a temperatura ambiente. Se deben almacenar en el frigorífico lo antes posible, preferiblemente por debajo de 5ºC, tanto los alimentos ya cocinados como los perecederos.
La comida que esté cocinada y lista para el consumo ha de conservarse por encima de los 65-70ºC.
Nos gustaría recordar también que no se debe guardar comida mucho tiempo, ni siquiera en el congelador, y tampoco se ha de consumir alimentos después de su fecha de caducidad. Además cuando queramos descongelar un alimento se ha de hacer siempre en la parte baja del frigorífico, nunca a temperatura ambiente.
Claves de la seguridad alimentaria: Manipulación de alimentos crudos y cocinados
Seguimos con las pautas a seguir para conseguir unas condiciones aptas para la seguridad alimentaria. En este nuevo post vamos a tratar las diferencias en la manipulación de los alimentos crudos y de los cocinados.
Separar alimentos crudos y cocinados
Cualquier alimento crudo, especialmente las carnes y pescados, pueden estar contaminados por microorganismos peligrosos que pueden transferirse a los alimentos que ya están cocinados, por ello se han de separar siempre este tipo de alimentos de los cocinados y de los listos para comer.
No se debe utilizar los mismos utensilios, como cuchillos o tablas de cortar, para manipular alimentos crudos (pescado, carne, pollo) y para alimentos cocinados. Lo más adecuado es utilizar distintos cuchillos o tablas de cortar para cada uno de los tipos de alimentos, así evitaremos la contaminación cruzada.
Un truco es diferenciar los utensilios con distintos colores, según sea para carnes, pescados, verduras, etc.
No debes utilizar lo mismos cuchillos o tablas de cortar para manipular alimentos crudos y cocinados
Otra de las claves es que los distintos tipos de alimentos han de conservarse en recipientes separados, para evitar el contacto entre ellos.
En cuanto a los huevos, cualquier manipulación que se realice con estos: cascado, separación de clara y yema, batido…., debe hacerse con cuidado y desinfectando las zonas que se hayan ensuciado. No debemos usar la cáscara para separar yema de clara.
Cómo descongelar alimentos de forma adecuada
Durante la descongelación de alimentos crudos, debemos disponerlos en recipientes que recojan el líquido de la descongelación, y a ser posible que separen este líquido del alimento.
Recuerda que la descongelación debe realizarse en condiciones de refrigeración y nunca a temperatura ambiente. Si tenemos prisa podemos usar la opción defrost del microondas.
Disposición de los alimentos en el frigorífico
Es importante la disposición de los alimentos en el frigorífico: los alimentos crudos se dispondrán en la parte baja del refrigerador y los elaborados en la parte de arriba.
De esta manera nunca podrá gotear un crudo sobre un elaborado, y se evitará la contaminación cruzada.
Además todos los alimentos deberan estar en recipientes tapados.
A continuación os dejamos un video de la Campaña de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición donde podrás ver claramente cómo colocar de forma segura los alimentos.